Paso el dedo por la superficie de esta jungla de concrete, ¿Qué es esto, es polvo, es hollín? Mira aquella nube negra de mosquitos de estanque de allí… Huele a tierra seca y a orín. Simulacro de ruina. Tú crees que hay una realidad, una cortina de humo y uno que mira, mentira: todo es humo, todo es cortina, todo son grados de densidad de una neblina. Mira al hombre como saca pecho en aquella cima de escombros, mira toda esa sangre fluyendo, ¿cuántos litros dando vueltas dentro de todos esos cuerpos? Carne pudriéndose y creyéndose el centro. Putrefacción en time-lapse. Esto parece un rocódromo de almas. Abrazos de boxeador cansado, la calma del bombillo fundido, del hacha de sílex al misil teledirigido. Todas esas caras, míralas, cómo fijan sus pupilas en aquel horizonte líquido, esperando visualizar un día cualquiera el blanco de las velas y las maderas de las carabelas. Réplicas a escala del pecado original, apiladas máscaras de deidad. El slang de los ángeles, luciferinos llantos, llantos de Ícaro cayendo. Llamas loco a aquel de allí que habla sólo y hace aspavientos, ¿y si se está quitando telarañas que tú no estás viendo? Conque, ¿quién sos tú? Visita tu interior si tienes valor, igual te llevas un susto… Alors, por el momento sólo te digo que esta letra me la escribí en su momento, justo para este momento: todo cobra un sentido impresionante por momentos. Alors, mi vida es una “fight against the ugliness”, como decía el diseñador. Conque, a veces subo al stage, y saco mi kit de hipnosis, y subo a alguien del público sin previos pactos (no, no soy un timador). ¿Cuántas veces me habré despegado de este asfalto, de este puerto? Hoy te vas a mamar el canto de este isleño, Calipso. Te voy a dejar preñada, Circe, con este canto… Que quiere ser la canción que sonaba en el radio cassette de mi abuelo alicatando suelos. Que quiere ser, la canción que cantaba mi abuela mientras empaquetaba tomates en aquel almacén. Yo quiero ser la canción que sonaba en el radio cassette, de mi abuelo alicatando suelos. Yo quiero ser la canción que cantaba mi abuela mientras empaquetaba tomates en aquel almacén (que en Paz descanse).

Sombra de septiembre. Baja la marea y sólo queda herrumbre. Calambres vibrantes en los vientres. Y a los manicomios abandonados les salieron flores silvestres. Cada vez que mudo de piel los dejo haciendo cábalas y esquelas a partir de esas secas escamas, y yo ya estoy más allá, dejo atrás, escápome (no puedo cargar además con como te lo tomes). ¿O te crees que esto es jauja y tal? Sacar el bloc en la trinchera, en el hospital militar, cuando te quitan todo menos el estrés (¡hasta el alma!), mas después de la tormenta: ¡me la van a mamar! Sombra de octubre. Gravedad cero: ya no hay suelo ni techumbre, no hay fosa, no hay cumbre. Miro el mundo con ojos de guiri, comprendiéndolo en su complexity (intentándolo, no juzgues). Tu quieres que me responsabilice de un bebé que no tuvimos en la vida, que, al parecer, se está ahogando en sus vómitos mientras duerme boca arriba… De verdad, ¿qué quieres que te diga? Si hasta Einstein sacaba la lengua… ¿Why so serious pues? Explosiones, desórdenes… Las aver del tendido eléctrico se van, las flechas vuelven a los arcos, a los revólveres las balas. Sombra de noviembre. A lo mejor nunca he sido el de siempre. Amén. Ya no me avergüenzo de no ser simple. Gestiona como puedas la incertidumbre, que a mí me da que ya me fundí, sólo me queda este spleen, delirando como Nietzsche en Turín. No creo que sea el fin, si al fin y al cabo estoy en el coche de una canaria ahí escuchando “Ice Cream”. Yo soy un creador, no un mantenedor. Y, ¿qué coño? Siempre pierdo yo. ¿Y tú me amenazas con coger a un bebé que no tuvimos en la vida y tirarlo a un contenedor? Qué dolor. Sombra de diciembre. A rey muerto rey puesto. Y no pienso pagar aquellos impuestos. El fraile se quedó dormido en el convento y se le prendió fuego con él dentro. Aeropuertos llenos de gente escondiendo droga en el recto mirándote mal por sostener un litro abierto. Se te antoja meterme en ti y luego crezco dentro y ¿qué? No tienes la flexibilidad, ¿y luego qué? Sufrimiento, dolor. Y cada vez que te hable ponerme detrás de una máscara de soldador. Cuántas hojas de almanaque volando como en el plano en blanco y negro aquel… Cuántas hojas de almanaque digo, ¿y al final qué? Ay… Menos mal que apunto en mi bitácora… Menos mal que apunto, digo, y que registro esos nanosegundos en los que junto lo mejor de los dos mundos.

Como el halcón que te coge al vuelo, baja en picado y te estampa contra el piso, así vengo mijo. De mí di que soy el hombre haciéndose a sí mismo. Mija, yo alicaté el suelo que piso. Qué importancia le dan a lo de menos… Lo importante no es lo sólido, no es el témpano. Es lo líquido de dentro, magma previo, inestable mercurio. Eyáculo un Vesubio. A mí me va a tener usted que bajarme el labio, mijo, ¿de qué está hecho ese podio? A mí me gusta más este estadio. Dame cuatro latas, que le den a tu estudio. Es el terrible-enfant. Hematite, saliva de volcán. Yo en un diván y otro yo detrás. Sangre densa hasta ser piedra. Mi piedra Hematite. No me parasites, mija no me necesites, no me des palique. Ya te vendaré los ojos si me da por ahí y te traigo a mi escondite. Me quieren ralentizar, me quieren ver lanzar perlas a los cerdos como Jesus, ja! Yo soy la res sin marcar, A.K.A. uno dos, uno dos, allez! allez! Nirban. Sé que se quieren llevar algo de aquí. Mi piedra interna es su souvenir. Embarazos de mí, muñecos vudú de mí… ¿Para eso quieres venir? De lo podrido a lo sublime, es alchemy. Quieren pulir su piedra interna así. Quieren cabalgar al caos así, como un tigre bengalí. No hay huevos de ser diferente, realmente indie. ¿Qué hablan veletas de ética y de permanecer firme? Se puede dar que el mundo esté fuera de lugar si tú sabes que estás donde tienes que estar, believe me… Les duele mi silencio, no lo entienden. Les dolería más todo lo que me cayo, seguramente. ¿A quién no le duele no ser suficiente? ¿Por qué estoy sólo a posta siempre, aun con gente? Despeja la X. Como perrillos me ven cocinar. “No, esto no es para ti”. Qué mal olor a moho y polvo aquí, ¡qué aburrimiento por Dios! Me tengo que ir, beber mil cervezas y dormir mientras manoseo mi Hematite. Limpio y aseado lejos de esa orgía, mordisqueando los días entre musas y engañifas. A veces las cosas encajan entre “what the fuck” y “what the fuck”. Hematite, serendipias, entre meditación trascendental y borracheras sucias. No hace falta que me rías las gracias, mija. Quítate esas Vans de esos pies de geisha, estás en mi casa. Ni vademecums ni gurús. ¿Qué hablas del alma en jerga financiera tú? Te veo pasar delante mía en ese tren de decepciones mijo… “Chucu-chucu”, “ajam… Dime más, dime más, it sounds good!” Cuarentena para el espíritu. Facetas y aristas de diamante Koh-i-Noor. ¿A qué vienes tú, carbón, a qué vienes? What the hell tú quieres de este MC Ultramagnetic? Si te lanzo perlas desde la mierda, ¡si me hiciste un muñeco vudú y lo perdiste de fiesta! ¡Pues ya está! Si yo soy cabeza de ganado sin marcar, A.K.A. uno dos, uno dos, allez! allez! Nirban. Estribillo.

Piensa, y repito: piensa. Ya no sé si son llantos o pitos de murga o moscas hediondas que zumban. Lo que pasa bajo tus pies… ¿no lo habías sentido nunca? ¡Mira, es el mundo sacudiéndose las pulgas! La rutina hace creer a tu retina que ciudad sólo hay esta, y es una, y es una cárcel encima. Si tu feeling afinas verás que en verdad está compuesta de miles superpuestas, sin estorbarse, ¿por cuál caminas? Si esta colmena flotante no se ha hundido es por algo, aunque haya mucha ruina y caiga una lluvia fina como livianas guillotinas, sobre cabezas que son como complejos sistemas de pletina… Y hay tantos soles eléctricos que nadie se orienta. Y buscan entre ellos el que más calienta. ¡Si tienen la vida de una chispa! Mierda, quieren pedirle favores a Dios y hacer un “simpa”… Isleños retenidos por Calipso. “In the city that never sleeps” medito. Bajamar en silencio, marea sin cadencia, magua inmensa en el corazón. Manadas de Narcisos mirando sus caras en el reflejo de aguas empozadas de urbes masificadas. Prometeos robándole a los dioses fuegos que en verdad son hologramas. Acaban comprando humo al mismo que se compra un Corvette, y enciende un puro con el mismo fuego que quemó a Servet o a Giordano Bruno. “La verdad nos hará libres”, dicen que digo Jesús de Nazaret… ¿Seguro? Estribillo ¿Acaso no estás hecho a la medida de la luz que recibes y el aire que respiras? ¿Por qué iba a ser menos lo que te pasa en la vida? Sólo quieres mirar si hay algo mejor al doblar la esquina, caminar manzanas en un bucle sin final. “Vanidad de vanidades y todo es vanidad”. Inercia de vorágine cansina. Almas se vuelven como albinas, casi les encandila esa luz tenue de eclipse de ego que les ilumina. Te preparas frente al espejo como Travis, “Are you talking to me?” Y no contesta tu reflejo inmóvil. “Libertad, ¿para qué y para quién?”, dijo Lenin, ¿Y si eres la marioneta de algún lobby? Si te vieras ahí, con ese frenesí borreguil mirar un mapamundi buscando un centro fuera de ti, mientras tu crío posa las palmas en este suelo asqueroso y ruin, infértil ya por nuestros vómitos, flema y orín… ¿Te queda voluntad para mojarte un dedo y levantarlo al aire y ya está? ¿Te sabes orientar? ¿O eres una veleta y ya está, mijo? Eso es vital. ¿O todo va a ser mentira y demagogia al final, y lo real un juego de rol dentro de un juego de rol en un despliegue fractal, un calco producto de tantos calcos que ya no tiene la forma del original? Los veo apuntalando y poniendo guirnaldas a un árbol muerto, con cara de que están salvando el mundo. Ya hay mucho hecho: sólo se puede borrar añadiendo. ¿Acaso es cierto [“estoy en un desierto”]? ¿Qué testigo recoges? ¿Hacia dónde corres, dónde está tu norte en este desorden posmoderno-postmortem? (Hay cosas de las que no te percatas hasta que arden, palabra). Estribillo Si tu mundo es la red que tejes, y sólo piensas en hacerla más compleja pero dispersa, sin eje, leve, por inercia… Inertes Alejandros Magnos frabricados en serie. Si tu mundo es la red que tejes, ¿por qué su estructura se basa en cábalas oscuras de practicantes de la usura, y con tu taco de curriculum deambulas repitiendo abracadabras de libros de autoayuda? Quizás para algunos sea mejor que no levanten la cabeza de la cadena de montaje o de los apuntes. Que se crean importantes saliendo a intoxicarse, a sacarse fotos con flash en ambientes cargantes, y sigan en la inercia del desgaste, sudando basura en este baile inerte, rebosante de feos y cobardes dándose gato por liebre a sí mismos… Guárdate el escudo, mijo… Que me voy por donde no me viste venir, y quizás guarde mi arsenal en algún lugar donde no lleguen las narices de esos mercaderes del desierto porque nunca mostraron ni mostrarán respeto. Ideologhetto. Estribillo.

Estribillo Scratch: “Your mic and my mic… c’mon, yo! No equal! (Q-Tip) Yo soy la gota de tinta china, tú el recipiente de agua cristalina en el que caigo. Que calles digo. Mira este… “que lleva la música en las venas” dice… Córtatelas a ver… Nah… Con razón no me sabe tu shit ¿sabes? Nah, ¿qué van a saber si no tienen las claves? Pero en verdad suave: Nirban, simply clever. Invítame a un sitio en el que quepa, regálame tu puta ropa, ¿eh? ¿Qué pasa? Los veo con sponsors, con más panza, incomodando a la basca cuando gritan “put your hands up!” No representan y parece que les importe un cuerno, ¿estamos en el mismo barco? Pues este veneno que suelto sólo afecta a las ratas de abordo, (no tienes nada que temer, ¿no?), Yo dejé de ser ególatra pensando que hacía mal y un poco más y me dejan atrás. La puta ciudad parece una tundra ya. Me miran desde la luna del coche creyendo que están en South Central… ¡Bah! No me toquen la pinga… “So much anger built inside” como Lil Dap. ¿En serio soy el mejor? Nah… ¿Sí? ¡Pues tengo hambre! Y aquí estoy esperando a que me toquen el timbre, pero qué va… Lo mismo de siempre: asedios constantes a tu fe, confusión e incertidumbre… Ahora lánzame una sonda y puede que no vuelva de vuelta a ti… Ahora lánzame una sonda y puede que no vuelva de vuelta a ti… Estribillo. A.K.A. Man of the hour. Oh, vamos, cariño, puede que no esté ahí cuando rompas aguas… Desde menor de edad ya estaba a leguas. Di pasos que no se pueden saltar sin más. Sin mecenas ni padrinos, empujoncitos o trucos, sin parasitar el público de otros grupos. A.O.M. genuíno. Y no hay parangón cuando sobre escenarios nos la sacamos como Morrison. Word ya mama, son! Competition is none! Y es que en mi biberón metieron a Group Home, a la Boot Camp, Abre un poco las miras, puntal. Mira la mierda que escriben tirando puntas queriendo escuchar “OOOOH!”, y sólo escuchan un “pss…”. No sólo lo veo desde otro prisma, es algo más. Respiro en cada nanosegundo del track que me salga de la pinga. ¿Cuánto tiempo me pasé sintiéndome mal por sacar sobresalientes sin estudiar? ¿Cuánto tiempo invertí en no insultar al destacar? Pa que luego otros se lo creen el doble teniendo la mitad… Nah, ¡si eso me da morbo! Y vengo como el diamante rayante ¿oíste, carbón? Que ya no me corto y si soy el diamante rayante te jodes carbón. En serio: que vine yo, coño. Period. Estribillo.

Desentiéndase, desentiéndase el que no entienda. El último que salga que cierre y que vuelva a colgar el “Don’t disturb” en el pomo de la puerta, aight? Parecen satélites gringos mirando de lejos y dando vueltas… mierda. Me ven ensimismado y vienen a chasquearme los dedos en el careto en plan “¡despierta!” ¡Ah! jaja… pf. Mi cráneo lleno de carbón candente, uso las bolsas de mis ojeras para hacer parapente, no buceo en fondos de estancadas fuentes buscando monedas con perfiles de reyes decadentes. Simulacro de industria, un mercado en impasse: orgías masivas de junkies del feedback. De vuelta al taller, handmade, marcas de huella dactilar (alma, sin más). Me encanta cuando me saco de la manga un banger sin estudio de mercado ni vainas, con el estado mental de empalme en plan: “ven que te voy a dar samba”. Se te da mal hacer como que no soy Nirban. El sol tapado por bandadas de Ícaros. ¿Qué mundo se quieren comer, si el mundo es líquido? ¡Díganselo! Todo es un banal juego. Tus ídolos flotan en la corriente principal porque están huecos. ¿Se me entiende que alicate mi propio suelo donde quiero? Ideologhetto es el think-tank. Conceptos bailando entre ninfas. No vengas sin un par de sixpack de garimbas. Mosaicos de pupilas esperando a que me lleve un palo. Yo las composturas no las guardo: las regalo, las quemo como bengalas. Ya me crecerán otras más fuertes, más sanas, oxigenadas… Handmade, caligrafías con bilis, te rotulo Bodonis a boli, muy tranquilito: “workinonit”. Subidas y bajones parecen patrones de Missoni, déjame sólo sonny, tranquilito: “workinonit”. Detrás de este alambre de espino de ustedes nos reímos, curas de aldea y puritanos reprimidos. Detrás de este alambre de espino, a esas brujas que ustedes persiguen yo les doy asilo. ¿Se me entiende amigo? Desentiéndase, desentiéndase el que no entienda, digo, desentiéndase, desentiéndase el que no entienda.

De dentro. Me la saco (sopesen esto), me saco una verdad y la pongo sobre la mesa y digo: pesen esto. Demasiado expuesto habiendo tantos ojos en mí puestos. “Nah… no son tantos…” No, pero coño, cada vez que me giro los cojo quitando la mirada, disimulando, y mi amigo yo estoy harto de ver mi reflejo en charcos. Mi amigo yo mismo he orinado charcos en los que otros se han acabado mirando. Ay mi amigo, y les ha gustado tanto que los han acabado lamiendo y besando, y de la vergüenza ajena y el asco he acabado por cavar más hondo y para caer yo más bajo y acolcharlos… Siempre cambiando, ¿cuál es mi puesto? Mi puesto son todas esas cabezas de ojos abiertos. Y nadie sabe nada de esto, nadie me corea… Nadie está luchando por mí fuera. Nadie está luchando por mí dentro, sólo uno. Nadie me esperó con un cartel con mi nombre a la salida del aeropuerto. Si caen cuatro gotas y todos se marchan… Como cucarachas de debajo de baldosas encharcadas, se marchan. Se cubren los peinados, se van trotando de los parques y las canchas y al final sólo queda uno meando bajo la lluvia… Nada me gusta. Matriuska fractal de mentiras absurdas. Desintegro el narcisismo desde dentro, penetro de la corteza a la pulpa. Me dan igual palabras superficiales que profundas, te miro y sólo oigo “unga-bunga”… ¿Para qué preguntas? No preguntes: buscas, vamos, busca, ¡puto ladrón de tumbas! Nino Blatta A.K.A. Hombre cucaracha de Kafka, Escupo Kandinskis, Rothkos, Kokoshkas, Kupkas. Me río porque todo es fufa, porque lloverá café hirviendo en esta jungla, inshallah habrá una purga. Todo era más bomba when I was younger, sin marcas de zarpas, sin cargas. Fantasmas que arrastran fantasmas, mal karma, la verdad los achanta como un “claca-claca” de shotgun. Flotando en alta mar, fingiendo que es donde quieres estar, disimulando que no tienes ancla. Riéndote por todo, haciendo como que no estás buscando una estela de espuma y que no puedes hallarla… Me llevan viendo aquí desde esa edad en la que los ojos pierden la inocencia y ya no se restaura. Todavía se me de noche escribiendo con litros en bancos de Las Palmas, “midnight marauder”. Putain Nino, con la puta y el outsider. Si no ven que me los traigan. Cristo en Betsaida. Caballos te trotan el pecho en slow-mo, todo se pudre en time-lapse. Democratizan las brújulas porque no hay nada a lo que llegar, sólo hay una dirección: la caída. Suicidal. Eloí, Eloí, lama sabactani, el fin es que no hay fin, el fin es que no hay fin. Eloí, Eloí, lama sabactani, el fin es que no hay fin, el fin es que no hay fin. Eloí, Eloí, lama sabactani, el fin es que no hay fin, el fin es que no hay fin. Eloí, Eloí, lama sabactani, la sangre sabe a mí, la sangre sabe a mí.

Dime, ¿pa' qué me dejo la saliva si luego dejas que te embauquen esos que se creen reyes del baile y sólo son batty bwoys que cuentan batallas de Kublai Khan o... no sé... Sólo veo principios del fin, como la Perestroika, en mi cabeza un laberinto minoico. No me distraigo: mirada paranoica, mis ojos son objetivos de Polaroid y Leica. Brotes psycho. "Nirban, simply clever". Hay mucho detrás. Por mucho que beba te juro por mi bien que yo valgo pa' algo más que pa' estar tragando vaso tras vaso de líquido de frenos con gas. ¿Por qué no lo compruebas? Y sí me ves allí es porque tú también estás, mi colega. Puedes venir de mosquita muerta y chupar mi sangre hasta que te creas un ave rapaz. Adiós, vuela hasta donde puedas. Yo me despego de tu suelo a veces pero volverme a adherir, es fácil pa' mí. ¿Te acuerdas? Lo ponía en una blusa mía: "To hell with gravity". Cristalizo flows como René Lalique. Lo escupo honesto, no gimmicks. Este es mi pan, no hace falta que alimentes mi vanidad, no me despistarás, honey. ¿Qué hiciste en verdad? Dime. ¡Ríeme las gracias como al barman o al monitor de spinning y ya! Suena un coro de mosquitos de estanque. Yo corriendo en loop. Caigo al suelo. Kaput. Me despierto tendido como un gigante entre cuerdas que impiden que me levante en Liliput. Abro los ojos. Me pongo las pilas. Musas parturientas me susurran "just relax". Y lo empiezo a tejer, sobre una base de Hi-Tek, ¡bentita la sinapsis que me regala estas rimas! En días en los que no estoy pa' serpentinas... Rostro de esfinge, yakuza-eiga. Sin segregar dopamina. Días entre bambalinas con el autoestima de un begginer, "¡Quién lo diría!" ¿No? Pues mira. [Lanzo semillas en tierra de nadie, es como si luchara por nuthin', lo diera todo por nuthin', dan ganas de mantenerse al margen, sin deber nuthin'] Pasé con el camión de los helados y los vi apalancados, como si nada (ni de tema de conversación cambiaron) Te toque al timbre y le dijiste a tu mama que me dijera que no estabas. ¡Luego me fui, me giré, y te vi en la ventana, hermano! Como que no sabes ni qué quieres... ¡Haz algo! No sé... Vete a lavarme los pinceles. Porque yo sí que tengo quehaceres. Todo el día rayando papeles. Pa' luego sentir que ejerzo un oficio irrisorio, o que hago el primo en este andamio construyendo mi palacio para que luego cocineros de crack sin dos dedos de frente me vuelen el barrio. ¿Quién me asegura que nunca te seduzcan? Los tienes muy cerca ya, me da, ¿no? ¿Quién me asegura que no me metas en el mismo saco de esos mierdas y saques a cualquiera del saco, al azar, y no sea yo? De profundas y heladas aguas vengo. Presión abisal en el cráneo. Quiero respirar y, ¿qué me encuentro? Un témpano y sobre él miles de pies en un baile estúpido, ignorancia cruel tras un cristal traslúcido. Pero cuando rompo el hielo y salgo me reconocen como de otra raza o algo. Custodiando el lugar, el agujero por el que salí. ¡Porque ahora quieren meter ahí sus cañas de pescar! Me la van a chupar, que no es lo mismo... Nadie sabía que era un diamante hasta que lo pulí. Ahora todos lo quieren para sí... ¡hasta el diamante se quiere ir! Es todo tan ruin... [Lanzo semillas en tierra de nadie, es como si luchara por nuthin', lo diera todo por nuthin', dan ganas de mantenerse al margen, sin deber nuthin'] Demasiado basto para el sutil, demasiado sutil para el basto. No me hables de venir de abajo... No me hables de venir de abajo...

El mundo es un peliculón. Jugadores de rol en el politburó. El mundo, m'hijo, es mucha, mucha gente diciendo "yo sí, tú no", y eso no se estipuló. Alejo y alejo el zoom... ¡Ay, qué nítidos veo aún, esos pequeños "I love you's" y "fuck you's". Fuselaje de aviones (de papel (de currículum)) chocándose en la altura (del betún). Vaginas eyectando bebés. Hediondez. Desintegrada babel. La sangre pulverizada de una explosión que va a haber: mi generación lo va a ver. Ayer lo pensé y lloré. Una menopáusica pasea a un pekinés. Tu amigo hipster me habla de gofres con praline: "Ajam... sí... mira, ¿ves aquel contenedor? Allí yo oriné... Ey, ¡huele a polen libanés! ¿Quién es? Ratas saliendo de las vasijas. A lo lejos se oyen disparos al aire y efusivos "yee-haw!". Miedicas haciendo piña. Mira, ¿ves aquel templo? Allí hay monjes lamas que sirven caipirinhas. Fosilizadas pollas, puro Pompeya. ¿Ves aquel barrio? Allí hay niñas que parecen mujeres, mujeres que parecen niñas, (no debieras llorar tú delante de ninguna de ellas). ¡Ay, ese llanto en la garganta de Lucifer! ¡Mira, mira los pelos cómo se me acaban de poner! ¡Joder! Gestión de la incertidumbre, gestión del dolor: mi generación lo va a tener que aprender. C'mon, c'mon, rock your body, son! Vamos m'hijo/a ¡rockea tu cuerpo! C'mon, c'mon, rock your body, son! Esas balas no silban nanas, ¡rockea tu cuerpo! Respiro el espíritu de los tiempos. Lo retengo. Lo expulso como humo de indo. Alejo y alejo el zoom: esto parece un cuadro de Yue Minjun. Anarconarcicismo. Gravedad cero, flotando entre lógicas aplastantes y "te quieros" muy ligeros. ¿Qué hago aquí yo? Mira aquella ventana, allí un camello paranoide blande una katana en calzoncillos. Depresión finisecular. Vacías siglas. Corazones de plexiglás. ¡Ay, esas visiones de las que no me puedo librar! Ese gran miedo, allá, sí: eso vendrá. Tremenda náusea, efecto dominó de causas. Nada que encauce, nada que encauzar. El mundo es un mensaje que se autodestruirá después de leerse mal, un tirar después de usar. Chivatos erguidos como suricatos. Eyaculo petróleo de sultanatos. Ser profundo no es grato, la incomprensión no es "cool". ¿Tú quieres esa cruz? ¡Toma! Para ti toda... ¡niñato! Termodinámica de la mierda. Superheroínas ultraviolentas vaporizan gas pimienta. No hay un protocolo en este abyecto gangbang. Se te caen las tripas de entre las nalgas. Manifestaciones por el derecho a un harakiri diario. Caretas y anfetas. V de Valium. Espuma de hocico de Stanford. Una hilera de gente en un paso de peatones sonríe mirando un smartphone. Alejo y alejo el zoom: alguien mira una pantalla de un cajero (parece "El grito" de Munch). Lluvia de maná caducado, cráneos enterrados de avestruz... ¡Esas balas no silban nanas, fu! C'mon, c'mon, rock your body, son! Vamos m'hijo/a ¡rockea tu cuerpo! C'mon, c'mon, rock your body, son! Esas balas no silban nanas, ¡rockea tu cuerpo!

[Diálogos extraídos de "La règle du jeu" (1939) de Jean Renoir] - Et maintenant mon chéri, c'est de nous qu'il s'agit. Quand partons nous? Quand partons nous!? - C'est pas le moment! J'ai d'autres soucis en tête! ¡Que me dejes! ¡Que me dejes pensar en paz! Nah, venga, va, ven pa'cá (já, ojalá...). Disculpa, what the hell are you looking at, pa? Sí, soy yo con el que se va... Shh... ¿ya está? Bah... Doña, sabes que se me va, aún así te posas aquí junto a mí sobre mi cojín de Sha. I got una chispa que te cagas y cosas que contar. Mi mente es el gulag, zigurat. NirBANG: figura singular. Lo escupo crudo, eyaculo un mural. Apolo, Dionisos, inútil semen fértil en los pisos, en los cutis... Veloz Marinetti. ¡Te llamo porque eres mi dinamo, si me busco la ruina me la mamo! Ya ves tú, me salgo del marco, del paspartú. Sí, sí, fu, me creo muy originoo. Sí, sí, para ti perdí mi aquel, pero te compraste los libros que viste en mi anaquel. Yas! Qué putadón que ya no seas tan dope, que ahora me vengas con complejos de groupie hoe... Contraespionaje, puntos de láser rojos, reojos. Leche cortada intravenosa overdose. So so egocentric... Me puedo trabar mucho si alguien más eyacula en ese vientre. Segregas pegamento cuando la tienes dentro, me besas fuerte hasta romperme los dientes. No te interesa que me centre... So egocentric... Feliz fluyendo así, easily, en bolas, con todo el feeling de Slum Village, con Kali bailando encima de mí. Di: ¿con cuántos más comparto esta maladie? Me tienes aquí buscándome el cachetón, delirando delante de tout le monde. Te llamo porque sí, porque soy un cabrón, porque te quiero partir en dos porque me creo Salomón... Si ni sé si llegué aquí siguiendo el hilo de Ariadna o el de un tampón. Bebiendo litros en este escalón... ¡Vamos, mi niña, vamos a hacerle un corte de mangas a aquel mirón! [Diálogos extraídos de "La règle du jeu" (1939) de Jean Renoir] - Et tes amoureux, qu'est-ce qu'ils te racontent? - Pas grand chose - Ils t'embrassent? - Si ça me plaît - Ils te prenent le mains? -Ça depend - Et après? - Après...

La ciudad es un complejo y elaborado origami y en muchos de sus pliegues he orinado. El suelo lleno de movidas orgánicas llenas de hormigas y cucarachas lamiendo restos de helado. Alta mar sin luna llena, horizontes líquidos sin faros. Nada humano cerca: nos estafaron. Árbol fumigado me picaron bichos raros. Vengo del sumidero por donde se va lo desaprovechado. Eso, miren para abajo, actores malos come-rabos. ¡Mira, mamá, sin valores! Ansiedad, hormigueo en las manos. Me sonríen ancianos con Síndrome de Diógenes revolviendo en la basura con palos. Me olisquean bulldogs franceses asfixiados mientras me bebo un litro de tres tristes tragos, en el banco menos iluminado que encuentro. Apesto a colapso y al Fin de los Tiempos. Lo malo (y eso es cierto), es que estamos dentro de su argumento. Todos lo sabemos en el fondo pero la fuerza de la inercia es tan grande… 2014 años más tarde de que se encarnara Dios siguen habiendo más puñales que centímetros cúbicos de carne. No sé si esto que tengo es un diapasón de lo eterno o antenas de insecto. A veces sueño que hay un pico, luego un gran descenso. Luego ni consenso ni disenso. Luego me despierto, tenso, tiemblo. Luego pienso que aún no estoy despierto, ¿ustedes también lo están oyendo? 5, 4, 3, 2, 1, el mundo es un peliculón, son las algo menos algo en el Doomsday Clock, 3, 2, 1, el mundo es un peliculón, son las algo menos algo en el Doomsday Clock.

Oigo pisadas a mi espalda. No sé si vienen o se marchan. Me doy la vuelta y ya no se escuchan: muchas moscas. Muchas moscas en mí. Hago aspavientos y no se achantan, me recorren como arañas... Treintaypico grados en octubre y yo cubierto de escarcha. Medito mirando al vacío como un yogui del Punjab, dejándolo estar a ver si así se van ya. Pero qué va, ¡voy a estallar! Me miro al espejo y mi cara es más fea que no dar la cara al tachar tags, chupando alcohol en ayunas y con legañas. Una falta de fe que allana montañas, pierdo los papeles cuando no estás, Casandra, me duermo en la calle, y me vomito las barbas. Vivo en Xibalba, “noche oscura del alma”. Me huelen las hienas a 666 kilómetros a la redonda... ¡merde! Sé que siempre hay alguien observando: algunos apuntando, otros salivando. Lo que ellos no saben es que a veces pasa el milagro de que la carroña vuelve a a ser carne (pero es que claro, en un mundo de hienas, ¿eso quién coño va a predicarlo?). El perdón que yo les he dado y no me han pedido. Minutos que presté y me devolvieron vacíos, silencios que he guardado ocupando espacios sin motivo. Todo ese tiempo vertido en contenedores de vidrio, Casandra, porque no aguanto a estos bocachanclas ni a estas machangas... Si te llamo, es porque me faltas. Te llamo porque eres mi dinamo, si me busco la ruina me la mamo. Cuando no estás y asumo que te olvidaste de mí me vuelvo ácido y ruín, el pH de mi saliva llega al número Pi y empiezo a escupir. Redacto plegarias aunque no lleguen a ti, ni tengan la sintaxis del Rey David. Son mensajes en botellas que lanzo fuera de esta puta matriz. Sácame de aquí, que en esta jungla de concrete soy un guiri, y no saben de dónde salí. Y me duele que me miren como a un animal de safari. Casandra, rock your body con este folklore de otras esferas, siente esta “saudade”, ¡ven a mí! Salgo por ahí a ver si te encuentro. Si no te veo el tubo digestivo se me llena de espuma de cerveza y me quedo tonto, apesto. Sueño con lo que sueñan esos columpios quietos de noche en esos parques muertos, los tallos desnudos de diente de león que algún cursi sopló al viento. Este universo es un boceto en sucio, lo sé, pero yo tengo lápiz, pincel, dime que completo y lo completo... ¡Pero dímelo tú! Que mis anteriores intentos los quemé todos, y ya se me colapsó el embudo con el que traspaso lo abstracto a lo concreto y... Tengo dentro un desierto, un gueto, y no sé a quién contarle esto. Si tu me dices “lej lejá”, voy a donde digas, me comprometo. Si tengo tantas picadas de mosquito es porque he estado quieto junto a charcas, y de viajar a mis adentros tengo jet lag. Los perros me ladran, los gatos me aguantan la mirada, las palomas no se achantan... Oigo pisadas a mi espalda. No sé si vienen o se marchan. Sólo quiero darme la vuelta y verte ya, Casandra. Te llamo porque eres mi dinamo. Si me busco la ruina me la mamo.